miércoles, 24 de junio de 2009

Despertar con las miradas

Buscar en la verdad lo falso,
¿Qué puede ser peor? Qué mirar como a un ave no le responden las alas,
ver sus ojos impregnados de la angustia,
del vacío,
como el plumaje de sus alas se despedaza con el viento,
la gravedad la ingiere.
Luego sólo mirar el ave apricionada en el asfalto.

Yo no he visto trastocado el vuelo,
pero sí he visto al ave, y a sus alas y a sus plumas,
he tocado el asfalto, su gravedad y el piso;
y puedo presumir que no he volado.

Yo no he visto trastocado el vuelo,
de una especie tibia y animales raros,
pero he visto sus alas, y sus plumas: todo,
y luego lloro al ver los ojos en asfalto, roto.

¿Qué puede más, el alma; o roca?
¿Qué mas sangre tiene?
¿El corazón o el ámbar?
¿Sentir es existir y el volar es hambre?
Las aves trinan y volaban presto
pero ahora caen y las englute el suelo:
ávido pasaje; de las aves lleno
gélido ropaje; que las torna hielo.


No caigas, gota de rocío,
sobre el pétalo trémulo, fino;
porque en esta flor de lo frío
serás ausente en lo divino.


Hernán Sicilia - N (19)

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